Frenillo superior en bebés: ¿Es necesario tratarlos?
Como padres, siempre nos preocupamos por cualquier detalle que pueda afectar la salud y el bienestar de los más pequeños de la casa. Por eso hoy quiero hablarte del frenillo superior en bebés: ¿Qué es? ¿Es realmente malo? ¿Afecta la lactancia materna? ¿Cuándo deberías preocuparte y consultar a un especialista? Hoy te ayudaré a resolver todas tus dudas.
¿Qué es el frenillo superior en bebés?
El frenillo superior en bebés es una pequeña banda de tejido que conecta el labio superior con las encías y está unido al maxilar. Este tejido, conocido como frenillo labial, es completamente normal y todos los bebés lo tienen. Sin embargo, en algunos casos, el frenillo puede ser más grueso, corto o insertarse más abajo de lo habitual, lo que puede generar ciertas preocupaciones cuando los padres lo identifican.
Existen 4 tipos de frenillos superior en bebés:
Frenillo labial tipo 1:
Este es un frenillo delgado y flexible que generalmente no afecta la lactancia. Al ser menos restrictivo, el bebé puede mover bien su labio superior, facilitando una succión adecuada.
Frenillo labial tipo 2:
En este caso, el frenillo es más corto y puede insertarse cerca de las encías. Aunque es un poco más restrictivo que el tipo 1, la mayoría de los bebés con este tipo de frenillo aún pueden amamantar sin mayores dificultades.
Frenillo labial tipo 3:
Este tipo de frenillo se inserta justo detrás de los dientes y tiende a ser más grueso. Puede dificultar la elevación del labio superior, afectando el sellado y la succión durante la lactancia. Los bebés con este tipo de frenillo pueden experimentar problemas al alimentarse, ya que no logran un buen ajuste en el pecho.
Frenillo labial tipo 4:
Este es el tipo de frenillo más restrictivo, ya que se encuentra muy cerca de las encías y suele ser bastante grueso. Los bebés con este tipo de frenillo pueden tener dificultades significativas para amamantar, debido a la limitación en el movimiento del labio superior. Esto puede afectar la capacidad del bebé para crear un buen sello y succionar correctamente durante la lactancia materna.
¿Por qué se forma el frenillo superior en algunos bebés?
La formación del frenillo superior es totalmente normal. Éste se forma de manera natural como parte del desarrollo facial en el útero. Este pequeño tejido conecta el labio superior con la encía y varía mucho en forma y tamaño entre cada bebé.
En algunos casos, el frenillo puede ser más corto o más grueso de lo habitual, limitando la movilidad del labio superior, solo en estos casos, es que es necesario un tratamiento. De hecho, la mayoría de los bebés no presentan problemas asociados y pueden amamantarse sin dificultad.
¿Qué problemas ocasiona el frenillo superior en bebés?
El frenillo superior en bebés, cuando es corto o grueso, puede ocasionar algunos problemas en ciertos casos. Sin embargo, la mayoría de los bebés con frenillo superior no presentan inconvenientes importantes.
Dificultades en la lactancia:
Y es lo que más preocupa a los padres. Cuando el bebé tiene un frenillo corto o grueso, puede ser complicado que cree un buen sello alrededor del pecho. Esto puede llevar a problemas de succión, causando que el bebé no reciba suficiente leche y, a su vez, provocando dolor o molestias en la madre durante la lactancia.
Problemas de desarrollo oral:
En algunos casos, un frenillo superior restrictivo puede afectar el desarrollo dental del bebé a medida que crece. La limitación en la movilidad del labio superior puede ejercer presión sobre las encías y los dientes, lo que a largo plazo puede contribuir a la aparición de un espacio entre los dientes frontales superiores (diastema).
Dificultad para crear un buen sello oral:
El frenillo restrictivo también puede dificultar que el bebé logre un buen ajuste en el pecho durante la alimentación, lo que a menudo lleva a que trague aire al succionar. Esto puede causar incomodidad, gases y cólicos.
¿Cuándo tratar el frenillo superior en bebés?
Muchos de los frenillos superiores en bebés no requieren intervención, pero existen situaciones en las que un procedimiento, conocido como frenotomía, puede ser beneficioso. Este procedimiento consiste en cortar el frenillo para liberar el labio superior, permitiendo un mejor movimiento y facilitando la succión durante la lactancia.
Mi segunda hija nació con un frenillo superior corto y, durante las primeras semanas, tuvimos muchas dificultades para que se amamantara correctamente. Afortunadamente, después de consultar con un especialista y cirujano, decidimos cortar el frenillo. Este pequeño procedimiento, hizo una diferencia inmediata: notamos una mejora del 100% en su capacidad para succionar y alimentarse bien.
Si decides optar por este procedimiento, lo ideal es que se realice en un hospital con medios adecuados y por un cirujano especializado. Aunque el corte del frenillo es un procedimiento sencillo y de rápida recuperación, la presencia de personal capacitado y un entorno seguro garantizan que se haga de manera efectiva y minimizan cualquier posible riesgo.
Conclusión: Frenillo superior en bebés: ¿Es necesario tratarlos?
En la mayoría de los casos, el frenillo superior en bebés no representa un problema grave y no siempre requiere tratamiento. Sin embargo, cuando el frenillo es corto o restrictivo, puede interferir con la lactancia y, en algunos casos, afectar el desarrollo oral a largo plazo.
Si notas que tu bebé tiene dificultades para amamantar, o si experimentas dolor persistente al alimentarlo, es recomendable consultar con un especialista en lactancia o un pediatra. Ellos podrán evaluar si el frenillo superior de tu bebé está afectando su alimentación y si el tratamiento, como una frenotomía, podría ser beneficioso.
Y recuerda, para que el procedimiento y la cirugía sea segura, lo mejor es que lo haga un cirujano capacitado, para asegurar que el procedimiento sea seguro.
Soy Marian Galarraga, fundadora de babysteps by Marian, tu asesora de sueño infantil de confianza y estoy aquí para resolver tus dudas y ayudarte a volver a descansar.
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